lunes, 16 de agosto de 2010

LOS 40 Y TANTOS: “Una segunda adolescencia y un verdadero ajuste de cuentas”

Este es el caso de un hombre que a sus 42 años decide darse la oportunidad de sentirse joven y vivir nuevamente sus 20 años.



Por Yuly Medellín Correa, psicóloga, Mag. en Periodismo

Se trata de Víctor un hombre coqueto y atractivo que llegó un día a mi consulta angustiado de pensar que su vida había pasado muy rápido. Acaecido por no haber tomado las mejores decisiones termina envuelto en un mundo desconocido.

Cuenta que comenzó a sentirse muy inconforme con su vida emocional una situación que esperaba haber resuelto a sus 42 años. Decidió entonces deshacerse de todo aquello que le significaba apegos o ataduras y su esposa fue el primer vínculo que deshizo, a pesar de haber convivido por más de 20 años. “Dejó de ser mi motivo de inspiración y por mucho tiempo quise encontrar una mujer a la que pudiera dedicar una canción de amor o componer una nota. ¡Creo que me equivoqué al casarme y no sé porque soporté tanto tiempo esta relación!, aseveró Víctor.

Pero no todo terminó allí, pues Víctor decidió también abandonar su trabajo y dar su grito de independencia laboral. “Es un asco tener que trabajar para otros y dejarles a otros todo el montón de dinero mientras uno se queda escasamente con la tercera parte de sus ganancias”, comentó Víctor muy molesto. Agregó que con su emancipación más que lograr ganar dinero viviría tranquilo. “No tendré que cumplir horarios y podré tener tiempo para todo”, aseguró.

Víctor nunca tuvo hijos y ello facilitó que pudiera llevar a cabo sus cambios de vida. Cuenta que comenzó a salir los viernes con un nuevo grupo de amigos incluyendo varias mujeres con las que tuvo relaciones pasajeras, pero todo ello dejó de ser suficiente y el alcohol y la marihuana se sumaron a su gusto hasta que él mismo sintió lo difícil que era manejarlo. Su oficina se convirtió no sólo en el lugar de trabajo sino en el sitio donde dormía, comía y se drogaba. “Siento que la vida no se me fue de las manos sino que me quedó grande ¡Sólo hasta ahora supe que amaba lo que tenía y lo perdí!”, dijo llorando.

Después de tres años de emancipación Víctor llega con 45 años al consultorio padeciendo de un gran vacío existencial que lo condujo a la depresión y lo llevó a las drogas.

Cómo se puede analizar este caso:

Les aseguro que pensar tanto sobre la existencia de cada uno de nosotros a veces te puede confundir.

Analógicamente hablando, la vida de cada ser humano es todo un libro que debe ser escrito tal y como es. Entonces, imagina que escribes, -con tinta-, sólo un episodio de tu vida en el que podrás tener tres oportunidades de leer y hacer cambios, ya sea rayando y tachando, pero no borrando. Cuando termines podrás leerlo por cuarta vez, pero en esta ocasión tendrás que sumar cuántos cambios hiciste y comparar la historia con la original. Ver si en algo se parecen y lo más importante si los cambios que hiciste dejaron legible tu lectura o por lo contrario te confunden.

Lo que te quiero decir es que en la vida también existen los cuadernos de taller. En su mayoría con muchas marcas, borrones, tachones, tintas fuertes y muchas márgenes que sobrepasan sus límites. Pero en la vida de cada ser humano existe un sólo libro. Los cuadernos de taller son los que te van guiando día tras día, semana tras semana, mes a mes y año tras año. Son ellos la base, para que puedas ir pasando a limpio tu historia en ese maravilloso libro que es tu vida.

No se puede transformar 42 años de vida en un sólo cuaderno de taller, intentando borrar todo lo que se te antoje porque te vas a quedar sin piso. El caso de Víctor es uno de aquello en que uno agradece poder escribir, porque le da la oportunidad a otro de aprender. Es por ello, que con el consentimiento de mi paciente y usando otro nombre les comparto esta historia a la que le he denominado “la segunda adolescencia” y un “verdadero ajuste de cuentas” porque finalmente fue lo que Víctor llegó hacerle a su vida.

No obstante, lo que si hay que tener claro es que existe una segunda adolescencia que ocurre entre los cuarenta y cincuenta años, pero no necesariamente todos pasan por ella, ya que todo depende de cómo hayas resuelto la primera. La diferencia entre una y otra está en que la segunda adolescencia no tiene ni fecha ni calendario y es la fase a la que yo he denominado el “Ajuste de Cuentas”, porque las personas tienden a darse todo el látigo posible por lo que dejaron de hacer con sus vidas en lo emocional y se vuelcan en cambios drásticos como el caso de Víctor. Pero no todos terminan mal, pues logran superar los “baches” como lo hicieron en la primera adolescencia.

También he tenido casos de segunda adolescencia a los sesenta años, pero tienden a no tardar más que unos meses. Cuando se tiene menos de veinte, la adolescencia puede perseverar incluso hasta los treinta, pero todo depende de cuánto tardes en lograr identificarte con el mundo. A los sesenta ya no se tiene toda la energía para pretender comenzar de nuevo.


Ajuste de Cuentas:

Le he llamado el Ajuste de Cuentas, porque por lo general somos bien crueles con nosotros mismos. Aquí buscamos ser felices en esencia, somos más egoístas, -como debiéramos quizás ser a los 20 años, sin tener que dar cuentas o explicaciones. Pero ojo que son pocos los que tienen la fortuna de llegar a los 50 sin un vacío existencial, con frustraciones, ataduras y con la sensación de que no se hizo en la vida lo que realmente se quería.

No te preocupes si crees que estás pasando por la segunda adolescencia, sólo piensa que una segunda vida no se reconstruye en un par de semanas borrando tu pasado. Es bueno reinventarse y ser feliz, pero no necesariamente esto significa  renunciar, podrías quedar igualmente amputado como Victor. Puedes mantener a tu lado muchas cosas que has construido, sólo debes reinventarlas, modificando los espacios para que te den libertad y gratificación. Cuando llega la gratificación logras salir de aquella incertidumbre.

Visita nuestra página web: http://www.consuoltoriopsicologico.cl/  y escríbenos si tiene alguna inquietud y te atenderemos de inmediato.

.Discusión:

¿Qué piensas de este caso? ¿Conoces a alguien con esta problemática?
¿De dónde sacó Víctor la idea de que su esposa era un apego?
¿Qué es un apego? (puedes verlo en el siguiente artículo de este blog)
¿Por qué Víctor no pensó que podía moldear poco a poco su matrimonio y actuó tan radicalmente?



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